Los primeros
seis años de vida se caracterizan por un alto grado de plasticidad
neuronal1
o plasticidad
neural, que permite la adquisición de funciones básicas como el
control postural, la marcha o el lenguaje. La consecución progresiva
de hitos en este desarrollo va permitiendo la aparición y mejora de
nuevas habilidades (por ejemplo, es necesario que el niño aprenda a
sujetar la cabeza, controlando la musculatura del cuello, para que
pueda dirigir la vista, lo que refuerza la motivación para la marcha
o el contacto visual como elemento socializador…).
Este desarrollo surge de la interacción
entre los genes y el
ambiente. Los primeros son inmodificables, y establecen la base de
capacidades propias de cada individuo. Los factores ambientales,
sobre los que intervienen los programas de estimulación precoz,
modulan e incluso inhiben o estimulan, la expresión de diversas
características genéticas.
Dentro de los factores ambientales se
incluyen los puramente biológicos (estado de salud, nutrición…) y
otros de índole psicológica, social y cultural: sus vínculos
afectivos iniciales, el nivel de atención que recibe, el grado de
interacción del ambiente con el niño (personas que lo rodean,
objetos, luz, sonidos…). Estos factores son fundamentales en la
maduración de conductas de adaptación al entorno, de la disposición
al aprendizaje, del establecimiento de diferentes estrategias de
comunicación o del desarrollo emocional.
Evaluación del desarrollo
Se debe considerar la edad cronológica
y la edad corregida. En el caso de niños recién nacidos de término,
se tiene en cuenta la edad cronológica para evaluar un niño a
distintas edades. En el caso de niños prematuros hay que restar a la
edad cronológica las semanas de gestación que no completó Estado
de salud. Es sabido que cualquiera enfermedad puede afectar el examen
de desarrollo de un niño. Para tener una información fidedigna es
necesario esperar hasta que el niño esté sano. Analizar todas las
áreas. El examen del área motriz, de los reflejos arcaicos, en
general no se omiten. Debe recordarse a otras áreas de importancia:
audición, visión, área social, área afectiva, área de lenguaje,
por ejemplo. Interacción entre diferentes áreas del desarrollo. A
modo de ejemplo, se recomienda estudiar la coordinación ojo-mano;
ubicación de sonido y uso de la mano; exploración de la marcha y
avances cognitivos, etc. Condiciones niño-ambiente-examinado. Para
poder darle valor a un examen de desarrollo hay que tener en cuenta
la influencia positiva o negativa del lugar físico donde se realiza
el examen (calor, frío, miedo, nº de personas, etc.) De gran valor
es el estado en que se encuentra el niño en relación a: horas de
alimentación, sueño, grado de alerta, etc. También el estado del
examinador debe considerarse: su experiencia en evaluación; la
relación con el niño, el tiempo de que dispone, etc. Análisis
global de la anamnesis y del examen de desarrollo. Es posible que
existan discrepancias entre lo que dicen los padres acerca del
desarrollo de su hijo y lo que se encuentra en el examen. Un
diagnóstico de desarrollo resultará del análisis cuidadoso de
ambas informaciones.
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